El tratado se mantendrá porque se ha confirmado como una fortaleza de Estados Unidos para competir con la potencia asiática, pero podría volverse más restrictivo en cuanto a reglas de origen para fortalecer la integración regional, afirman expertos.
El factor China se ha perfilado como el tema central sobre el rumbo del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), cuando este lunes cumple cuatro años de su entrada en vigor y de cara a su revisión programada para 2026, de acuerdo con analistas en comercio internacional.
Cuando se renegoció el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, antecesor del T-MEC), ya se sabía que Estados Unidos requería a México para competir contra China, pero ahora esto se palpa de manera más extensa en las sociedades de los tres países de la región y entre los políticos.
“Estados Unidos es una sociedad muy polarizada, no hay consenso, excepto sobre China, y México es pieza clave en la competencia de Estados Unidos con China”, comentó Luis de la Calle, director general de la consultoría De la Calle, Madrazo, Mancera (CMM).
El artículo 34.7 del T-MEC establece que el acuerdo terminará 16 años después de su entrada en vigor, “a menos que cada parte confirme que desea continuar este Acuerdo por un nuevo período de 16 años”, de conformidad con los procedimientos del T-MEC.
Estos procedimientos establecen que, en julio de 2026, en su sexto aniversario, la Comisión de Libre Comercio del T-MEC se reunirá para revisar el acuerdo y las recomendaciones presentadas por los tres países miembros, y decidir sobre las acciones apropiadas.
Se antoja muy difícil que Estados Unidos se salga de un acuerdo donde está su cliente número uno, su cliente número dos y su principal instrumento para competir contra su principal competidor: China”, agregó De la Calle. “Sí se puede, pero es difícil”.
Sobre ello coincide Alejandro Rodríguez, analista de la consultoría estadounidense Plante Moran, quien destacó la creciente integración de Norteamérica, con México ubicado como primer socio comercial de Estados Unidos desde 2023 hasta ahora.
“Muy aparte de esto, será importante monitorear lo que va a suceder, ya que el tema de China va a ser central en la revisión del T-MEC”, dijo.
Reglas de origen, debate
Rodríguez planteó que no se sabe todavía si Estados Unidos querrá limitar el contenido chino en las exportaciones de México al mercado estadounidense, endureciendo las reglas de origen del tratado de manera general, aplicables a cualquier nación fuera de América del Norte.
Las nuevas disposiciones sobre normas de origen más restrictivas en el sector de los vehículos de motor pueden ser de interés nuevamente para Estados Unidos, igual que como sucedió en la renegociación del TLCAN.
Ya las reglas de origen del sector automotriz del T-MEC son probablemente las más estrictas de cualquier tratado de libre comercio de Estados Unidos y las únicas que tienen un requisito salarial.
Pero un análisis del Congreso estadounidense advierte que el costo del cumplimiento puede tener consecuencias no deseadas si los fabricantes consideran más beneficioso pagar aranceles en lugar de pagar el costo adicional de cumplir las nuevas normas.
Si los fabricantes deciden pagar aranceles en lugar de adherirse a los requisitos de contenido de valor regional, podría dar lugar a menos contenido norteamericano y más contenido de terceros países, incluida China, en la producción de automóviles de Estados Unidos.
Los responsables políticos podrán supervisar los efectos totales de estas nuevas normas a medida que se vayan aplicando plenamente. Según un informe de julio de 2023 de la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos, es probable que el efecto total de las reglas de origen no sea evidente hasta que el acuerdo se aplique plenamente en 2027 o más tarde.
Soberanía e inversiones chinas
En cuanto a las inversiones potenciales chinas en México, Rodríguez consideró que es más complicado limitarlas, porque ya se tocan asuntos de soberanía nacional. Por el contrario, se puede imponer un arancel general, como lo propuso Donald Trump, expresidente y ahora precandidato presidencial de Estados Unidos, aunque esta acción tiene aspectos regulatorios y de impacto económico controversiales.
Rodríguez expuso que la revisión será crítica y va a demostrar por qué Estados Unidos la puso sobre la mesa, porque el escenario de América del Norte y el mundo es ahora muy distinto a cuando se aprobó el T-MEC.
“Creo que se está comprobando que, en realidad, sí era importante poner el tema de una revisión cada cierto periodo, para poder asegurarse de que se mantenga vigente el acuerdo”, dijo.
Rodríguez opinó que México va a tener el control en sus manos y que el futuro de este país está más en aspectos internos, como aumentar la infraestructura y generar un ambiente para atraer inversión, que lo que pudiera pasar con el T-MEC.
En la producción de autos, el T-MEC eleva el Valor de Contenido Regional (VCR) de 62.5% del TLCAN a 75%, y también pone requisitos salariales que estipulan que entre 40 y 45% del contenido lo hagan trabajadores que ganen al menos 16 dólares por hora.
¿Qué viene para el T-MEC?
En el capítulo de Disposiciones Finales del T-MEC, las partes se comprometen a revisar el acuerdo en el sexto aniversario de su entrada en vigor.
Si en dicha revisión se decide no renovar una extensión, el T-MEC seguiría vigente otros 10 años.
Pero si deciden renovarlo, la vigencia se extenderá otros seis años adicionales, a un total de 16 años.
Si una de las partes no confirma su deseo de prorrogar la vigencia del acuerdo por otro periodo de 16 años, las partes llevarán a cabo una revisión conjunta del acuerdo cada año.
El acuerdo sólo especifica que una “parte” revisará el acuerdo; no dice si será el Presidente o el Congreso de Estados Unidos quien lo revise.
roberto.morales@eleconomista.mx
El T-MEC cumple cuatro años y China domina el debate sobre su rumbo (eleconomista.com.mx)